martes, 31 de julio de 2012

Nínfulas de agua dulce. Rocío.


Picaba tanto el sol que no se podía estar fuera del agua. ¿Por qué le era tan difícil de entender a la señorita Maggs? Que ella, Connie Walters, aprovechara cualquier momento para bañarse en el lago no era cuestión de indisciplina o de falta de respeto a la autoridad: era una necesidad. La niña aprobó su propio razonamiento y volvió a sumergir la cabeza.

miércoles, 25 de julio de 2012

Celo. Rocío.



Le despertaron las gotas de agua estrellándose contra el cristal de la ventana. Con los ojos cerrados, el hombre intentó recordar dónde estaba. Desistió al notar una punzada en las sienes. Abrió los ojos y se sobresaltó al notar la mirada verde de la mujer con la que compartía la cama.
—Por fin despiertas —dijo ella. Hablaba ronroneando, con falsa pereza—: Te encontré en la calle, inconsciente. Puedes quedarte aquí hasta que te recuperes.
El hombre asintió y se levantó en busca de la ducha. Ella sonrió felinamente, calculando la dosis para mantener sometido a su nuevo amante.

Cuatro Lunes. Minea.



La descubrió un lunes por la tarde, en la esquina de la calle Barquillo, cuando ella salía de trabajar. Era una mujer bella y delicada, de rostro sonriente. Calculó que en un mes sería suya. El primer lunes se quedó paralizado y no pudo acercarse. El segundo se retrasó en la hora y sólo vió cómo se alejaba. El tercero, la abordó con ojos llenos de lujuria y ella le insultó y salió corriendo. No pasaba nada. Aún le quedaba otro lunes para violarla.

La hermana. Minea.



Acechas mi sonrisa, mi mirada y mi corazón. Observas mis movimientos al andar, mis posturas al sentarme. No son sólo mis vestidos, ni mi pelo adornado, ni el bolso que estrené ayer. Tienes envidia de mi. Lanzas maldiciones porque no vives como yo y desconoces cómo formarte una vida propia. Me preocupas desde que luchabas contra mi por el amor de papá. Y ahora, tiemblo al ver cómo contemplas a mi futuro marido.  

sábado, 21 de julio de 2012

martes, 17 de julio de 2012

Haiku. Josheras.





Fue tan bueno lo de ayer, me emocionó tanto, que esta mañana mientras fregaba me salió este haiku:



Noche de parque


escritura, palabras


sueños sin fin.





Va por tí, Rocio.

miércoles, 11 de julio de 2012

Papás. Alvaro


Les reunió a todos una noche a la mesa. “Tengo que contaros algo”, dijo. Ellos continuaban con el ajetreo de la cena sin prestar demasiada atención. 

martes, 10 de julio de 2012

Agua. Jose Jaime.




Agua… Si supieras que triste es vivir en el límite de las lágrimas incontenibles, si supieras que colores se me dibujan porque te quiero y no estas… Pero no, tu no existes, eres viento eres crepúsculo… Y lo que yo

domingo, 8 de julio de 2012

Vida Perra. Minea.



Hoy estoy jodido. No me han hecho caso en todo el día. Casi se les olvida sacarme a mear y darme de comer. Aún así, son unos tipos cojonudos porque, al menos, se entristecen cuando se portan mal conmigo.
Me jode, pero no me preocupa demasiado. También lo hacen con su hijo y no tienen ningún remordimiento.

miércoles, 4 de julio de 2012

Tranquilo. Josheras.



Como todas las noches de los ùltimos dias, Tranquilo salió de la guarida para lanzar sus tristes aullidos.

Tranquilo aulló y su aullido fuerte y prolongado fue devuelto por su propio eco. Después, como si hubiese vaciado todo su ser en aquel aullido se tumbó a esperar el dia.

Mi hija Maggie. Josheras



Ahí está mi hija Maggie, mi hija ùnica. Desde mi ventana veo como se marcha con  paso resuelto, seguro, elegante. Enfundada en su abrigo de mohair. Portando su maleta y maletin de Loewe. Va hacia un destino y una vida que sin duda le hará feliz.

Rituales Casi Perfectos. Alvaro


Salieron de su escondite cuando el estruendo pasó. Tan sólo era el camión de la basura que pasaba por la avenida que daba al callejón. En pocos segundos la quietud de la noche se mezclaba con los sonidos amortiguados de los coches que circulaban por otras calles a esas horas.

domingo, 1 de julio de 2012

Nana para un hombre adulto. Minea.

Psique contemplando a Eros


Porque sé de memoria donde encajan los versos y conozco el momento cuando te estremeces, soy yo la primera en quebrar tu silencio. Acaricio tu cabello y miro a tus ojos, acaricio tu rostro y mi mano se detiene suavemente hasta lograr que tu mejilla descanse sobre su palma. Acaricio tu espalda y comienzo a invadirte,