La caída fue tonta. Un camino estrecho , un traspiés y un muro saliente que te corta una parte del cuerpo.
Te sientes perdida, el dolor te impide hablar. Vienen los de la ambulancia y te recogen con una bandeja alargada de plástico duro, como se recoge un jarrón chino al caer al suelo, cuidando de que ningún trozo se extravíe.