viernes, 26 de octubre de 2012

La caja - Rubén Chacón

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LA CAJA
POR RUBÉN CHACÓN
Desde que tiene uso de razón, su existencia no ha sido más que el resultado de sumar los segundos que dura una actividad, a los lapsos temporales invertidos en rutinas precedentes y posteriores. Todos ellos escrupulosamente anotados y registrados con la rigurosidad de un contable. Inclinado sobre el escritorio, arropado por la penumbra de su estudio, el relojero, visiblemente apesadumbrado, repasa de nuevo los guarismos a la luz de una vela miserable cuyo pábilo rebaña ya los últimos grumos de cera… Sobre la mesa, un abigarrado y enorme reloj dorado rompe el silencio con la determinación de un metrónomo.
-                      ¡He perdido tanto tiempo…! –se lamenta cubriéndose con las manos ajadas su arrugado rostro.

Hubo una época en la que el transcurrir de los segundos no le permitía escuchar sus propios pensamientos. Cientos de relojes minuciosamente desparramados por decenas de habitaciones pueden convertirse en demasiados miles de testigos

La erótica en el poder - Rubén Chacón

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LA ERÓTICA EN EL PODER
POR RUBÉN CHACÓN
“¿Dónde coño estoy…?”, se preguntó al recuperar la consciencia. Tenía los ojos desmesuradamente abiertos. Tanto que no tardó en sentir fatiga en músculos faciales que ni siquiera sabía que tenía. Aún así no era capaz de percibir ni el menor atisbo de luz. Las sienes le palpitaban. Y cada latido era un martillazo atroz sobre sus huesos parietales.
“Menuda cogorza me debí agarrar anoche”, pensó paladeando ya las atroPces consecuencias de la resaca. Sin incorporarse de la cama, sacó su mano de debajo de las sábanas y la agitó frente a su cara. Pero la oscuridad de aquella habitación era tan densa que ni siquiera llegaba a intuir los perfiles de sus dedos. Incluso llegó a plantearse la posibilidad de que se hubiera quedado ciego. Aquel macabro pensamiento le habría divertido de no haber sido por ese maldito frío. Aquella temperatura le era tan ajena… Ni siquiera en su residencia alpina sobre el lago Maggiore se había visto expuesto a los rigores de un frío como el que ahora mordía su brazo desnudo.

Haikus - Rubén Chacón

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Mudo fragor
de células suicidas:
es metástasis


En otro mundo
desaparece la vida.
No es noticia


Ramas de árbol,
nudos de vida que
brota al azar


Vida estalla
en frenética quietud.
Semilla humana

Amores ciegos - Rubén Chacón

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AMORES CIEGOS
POR RUBÉN CHACÓN
Hay quien podría considerarlo violación. Pero, teniendo en cuenta la escasa frecuencia, por no hablar de inexistencia, de mis experiencias sexuales espontáneas, no seré yo quien formule una denuncia.
Y es que es duro ligar cuando se es ciego.
Por supuesto, siempre le queda a uno el recurso de las putas y las compañeras del trabajo, también invidentes, e igual de necesitadas que yo. Pero, al follar con ellas, me es imposible eludir la sensación de ser doblemente minusválido. En función del tamaño de tu billetera, a una profesional del sexo le puedes solicitar cualquier cosa, excepto pasión. Y cuando lo hago con una de mis amigas ciegas, el ansia y la desesperación por alcanzar el esquivo orgasmo lo empañan todo. Ausencia de sentimientos. Ni rastro de afecto o apego. Sólo sexo. Animal. Rudo. Ciego.
Sin embargo, esto es completamente distinto. Un colega del curro ya me lo había mencionado alguna vez. Una de esas leyendas urbanas que nunca te llegas a creer del todo. “Es por las gafas oscuras –me aseguraba él-. Debe ser alguna especie de distintivo que emplea este tipo de gente para identificarse entre ellos.

Fracaso - Rubén Chacón

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FRACASO
POR RUBÉN CHACÓN


- ¡Tenías razón Bernal…! Una vez más –exclamó el inspector Plans, mientras irrumpía como una exhalación en la sala de interrogatorios. Sin inmutarse, la inspectora Bernal permaneció sentada a la mesa, hojeando sus notas con una expresión divertida en los ojos-. No tengo ni la más remota idea de cómo coño lo sabías, pero aquí está… -dijo Plans señalando con vehemencia la carpeta que portaba.

jueves, 25 de octubre de 2012

La siniestra - Rubén Chacón

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LA SINIESTRA
POR RUBÉN CHACÓN
- La propia palabra lo dice Esperancita…
>>¿cómo es posible que una simple voz provoque tanta dentera…?- rumiaba para sus adentros la niña llena de exasperación. Aquella mujer no se cansaba de repetir siempre la misma cantinela… Si al menos tuviese el dulce timbre de la última esposa de papá…
- Diestro es sinónimo de derecho, de lo correcto, de habilidoso…, -continuó incansable la mujer-, incluso a los buenos matadores de toros los llaman diestros. Por algo será ¿no Esperancita?, por algo será… ¿O es que has oído decir al señor cura alguna vez que Jesucristo nuestro redentor se siente a la izquierda de Dios todopoderoso…? No, Esperancita, no…

El novio de la muerte - Rubén Chacón

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EL NOVIO DE LA MUERTE
POR RUBÉN CHACÓN
- Nadie en el tercio sabíaaa… -entonaba orgulloso y viril el señor Fausto, mientras “la Niña” arrodillada frente a él le hacía uno de sus trabajitos- …quien era aquel legionaaaa… - súbitamente, el grave torrente cascado y cazallero del viejo se aflautó hasta convertirse en un agudo hilillo de voz, que estalló en una violenta y agarrada tos. Una flema sanguinolenta surcó el mentón mal afeitado del anciano antes de caer al suelo, junto a la rodilla derecha de “la Niña”.
- Debería usted cuidarse más, señor Fausto –murmuró “la Niña” sin atreverse a levantar la cabeza. Nadie mejor que ella sabía cuál era el color que empleaba la muerte para

La caquita del perro - Rubén Chacón

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LA CAQUITA DEL PERRO
POR RUBÉN CHACÓN
La opinión de mi amigo Luis es muy importante para mí. Siempre me ha dado mucha curiosidad conocer su punto de vista de las cosas. Quizá porque casi nunca coincide con el mío. Es muy probable que la clave de nuestra longeva amistad radique precisamente en este minúsculo matiz.
El caso es que, cuando mi obsesión comenzó a rayar en la paranoia, decidí recurrir a él en busca de una de sus célebres sentencias. Reconozco que ya de por sí le tengo especial manía a los pekineses. Y no me refiero a los chinos capitalinos, si no a los miembros de tan reconocible raza canina. En lo que ya no estaba tan seguro era sobre qué me parecía más asqueroso, si que el pekinés se cagase en la entrada

Las malas lenguas - Rubén Chacón

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LAS MALAS LENGUAS  
POR RUBÉN CHACÓN
Recuerdo el día que nació César. El pobre ya venía al mundo con el estigma de ser un niño “conveniente”. Para Yéssica era la rúbrica de le aseguraba poder vivir del cuento por lo menos un cuarto de siglo. Para Rafa la tapadera perfecta para sus escarceos homosexuales (se dice que incluso pedófilos –ya sabéis cómo es la gente de lenguaraz-) extramatrimoniales de cara a su familia. Porque lo que es Yéssica…, no sólo lo sabía; también lo consentía. Y si me apuras, hasta lo aplaudía… Menos se tendría que abrir de piernas para él.
Por eso el día que nació César todos se afanaban en buscarle parecidos con su padre. Y efectivamente a su padre se parecía. Sólo que su padre no era el que figuraba en el libro de familia. Desde el minuto uno fue

domingo, 14 de octubre de 2012

Memorias y Olvidos. Alvaro


Desde la ventana veo  al leñador merodeando.  ¿Qué pasa? ¿El fortachón no se atreve a entrar? Ha pedido refuerzos; la guardia real está en camino. Ay Dios,  cuántos hombres necesitáis, ¿qué teméis de esta pobre anciana? Marchaos,  malditos, dejadme todos en paz. Yo no pedí que esos niños vinieran hasta mi casa. ¿Acaso el rey no cercó mis territorios tiempo atrás? Echadle la culpa al rey. Él y sólo él es el culpable de mis desdichas.