Limítense a permanecer sentado y descansen: traten de
divertirse con esto: Es el último cuento que van a escuchar (o leer) en su
vida o casi el último.
La puerta estaba cerrada con llave. Dana y Odile permanecían
inmóviles en sus respectivas sillas, frente a un papel en blanco, con un lápiz
en la mano. Las manos les temblaban y tenían los ojos llorosos. “Para mi
familia… escribía Dana… mientras que Odile no atinaba a comenzar la carta. Ambas
se cruzaban miradas furtivas, repletas
de miedo.