lunes, 4 de marzo de 2013

EL SANTO PATRON. Josheras



La mujer se sobresaltó al oir el teléfono.

-Diga-, contestó con voz temblorosa-

-Me han dado el tercer grado-, dijo la voz de un hombre.


Cuando la mujer colgaba el auricular, la voz que siempre temió, seguía lanzando palabras que ella se negaba a oir-

Un solo pensamiento se presentó en su cabeza. Huir, tenía que escaparse lo antes posible, pero, ¿donde esconderse?, ¿en qué lugar estaría a salvo de su perseguidor?.

La fugitiva salió a la calle de forma apresurada, corría sujetándose el abrigo echado por los hombros.Se adentró en un callejón falto de luz, buscaba La Catedral, pensaba que era el único sitio para resguarse de su perseguidor.

Oyó fuertes pisadas y aceleró su carrera, las luces de la plaza extendían hasta allí su iluminación.

Al llegar a La Catedral, hizo el último sprint subiendo acalorada las escaleras.Necesitaba alcanzar la puerta, si lograba entrar en aquel recinto siempre lleno de gente, pensó que entonces su vida estaría a salvo.

La  fugitiva vio atemorizada como una mano en cuyo dedo anular brillaba un anillo conocido, sujetaba la pesada puerta de entrada.

Aceleró sus pasos hasta el banco más cercano, en el que estaban varias personas sentadas, se metió en él y logró sentarse en el centro.

La Misa, terminaba, el cura movía las manos mientras decía: "la bendición para todos y en especial para vosotros peregrinos que con tantas fatigas habeis llegado hasta el Apostol Santiago".

La mujer, se fundió en la fila que se formaba a su alrededor. De vez en cuando miraba hacia delante o hacia atrás, sabía que él, estaba allí, pero ella, así camuflada entre la gente se sentía segura.

Ahora, la fugitiva avanzaba hacia el camarin, veía como aquellas personas, abrazaban al santo. Uno a uno, pasaban por detrás de él, de manera que el que abrazara no obstaculizase la visión de la figura de Santiago.

La mujer, era de baja estatura, de manera que para llegar al cuello del Santo, se puso de puntillas, rodeó con sus brazo el cuello de la imagen y con una fe que nunca habia sentido le pidió compasión. así agarrada sintió el primer pinchazo en el cuello, después, se desplomó.

Abajo al pié del Altar Mayor, un japonés hacia fotos a Ssntiago, al que le corrian chorros de sangre por su manto dorado.

1 comentario:

  1. Te pongo aquí el texto ya corregido, para que luego tú escojas las corecciones que quieres poner o no. Lo hago por párrafos, como con el de Alvaro.


    El santo patrón

    La mujer se sobresaltó al oir el teléfono.

    -Diga-, contestó con voz temblorosa-

    -Me han dado el tercer grado-, dijo la voz de un hombre.

    Cuando la mujer colgaba el auricular, la voz que siempre temió, seguía lanzando palabras que ella se negaba a oir- (lo pondría en pasado... cuando colgó...siguió lanzando palabras)

    Un solo pensamiento se presentó en su cabeza:Huir. (creo que queda más impactante con los dos puntos). Tenía que escaparse lo antes posible, pero... (los puntos suspensivos porque duda de donde esconderse)¿donde esconderse?, ¿en qué lugar estaría a salvo de su perseguidor?.

    La fugitiva salió a la calle de forma apresurada, corría sujetándose el abrigo echado (no me gusta la palabra echado, lo cambiaria por otra) por los hombros.Se adentró en un callejón falto de luz. (punto)Buscaba La Catedral,(porque) pensaba que era el único sitio para resguarse de su perseguidor.

    Oyó fuertes pisadas y aceleró su carrera. (punto)Las luces de la plaza extendían hasta allí su iluminación.




    Al llegar a La Catedral, hizo el último sprint subiendo acalorada las escaleras (simplemente pondría: "subió deprisa las escaleras", yo prescindiría del sprint).Necesitaba alcanzar la puerta, si lograba entrar en aquel recinto siempre (quitaría el siempre) lleno de gente, pensó que entonces su vida estaría a salvo (yo pondría "su vida podría estar a salvo").

    La fugitiva vio,(coma) atemorizada, (coma) como una mano en cuyo dedo anular brillaba un anillo conocido, sujetaba la pesada puerta de entrada.

    Aceleró sus pasos hasta el banco más cercano, en el que estaban varias personas sentadas, se metió en él y logró sentarse en el centro.

    La Misa, terminaba. (punto)El cura movía las manos mientras decía: "la bendición para todos y en especial para vosotros, (coma) peregrinos, (coma) que con tantas fatiga, (coma) habeis llegado hasta el Apostol Santiago".

    La mujer, se fundió en la fila que se formaba a su alrededor. De vez en cuando, (coma) miraba hacia delante o hacia atrás. (punto) Sabía que él (sin coma) estaba allí, pero ella, (quita el así)camuflada entre la gente se sentía segura.



    "Ahora,(yo quitaría el ahora)".
    L
    a fugitiva avanzaba hacia el camarin (quita la coma y pon y) y veía como aquellas personas (quita la coma) abrazaban al santo. Uno a uno, pasaban por detrás de él, de manera que el que abrazara no obstaculizase (obstavulizaba- creo que es el tiempo verbal adecuado) la visión de la figura de Santiago.

    La mujer (quita la coma) era de baja estatura, de manera que, (coma) para llegar al cuello del Santo, se puso de puntillas (quita la coma y pon Y) y rodeó con sus brazo el cuello de la imagen. (punto)Con una fe que nunca habia sentido, (coma)le pidió compasión. Así, (coma) agarrada, (coma) sintió el primer pinchazo en el cuello. (punto)Después, se desplomó.

    Abajo, (coma) al pié del Altar Mayor, un japonés hacia fotos a Santiago, al que le corrian chorros (la palabra chorros no me gusta,mejor otra metáfora: por ejemplo, al que le corría un río de sangre, aunque puede ser cualquier otra, pero que sea más impactante para el final) por su manto dorado.


    Y eso es todo. Algo se me habrá pasado, seguro. Espero que entiendas bien las correcciones, Luego tu, ya eliges como lo quieres poner.

    Un beso, Jose.

    Isabel.

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